lunes, 6 de octubre de 2008

Adopciones

"¿Y vas a adoptar un congresista?", me pregunta mientras cuenta los billetes porque la pizza de Dino's acaba de llegar. "No", le contesto. "Qué chinchoso, todo el mundo está adoptando uno", dice. "Ya sabes lo que sigue: 'si todo el mundo se lanzara desde el quinto piso de un edificio, ¿acaso..'", hago una pausa para que termine la frase, pero me mira con cara perpleja. "Olvídalo", digo, "no adopto porque mi congresista no salió elegido, ¿a quién le voy a reclamar?". Abre los ojos: "¡Pero eso no importa! Hay chicos que ni siquiera saben a quién adoptan, pero adoptan igual". "Es la política convertida en puericultorio". "Es divertido". "Es un puericultorio divertido". "¿Acaso nunca has sido parte de algo? Eres blogger, deberías ser parte de esto". "Prefiero ser el todo de cualquier otra cosa". "Mira, ellos salen en los periódicos, tú no". "¿Debería sentirme mal por eso?". "Un poco". "Ni siquiera te adoptaría a ti". "¿Ah, no?". "No. Como dijo el poeta: 'amar es nunca tener que rendir cuentas a nadie si no te da la gana'". "Me amas entonces". "Tanto como el blogger ama su mención en un periódico". "Nice". "Mentira, un poco menos". 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante lo que dijo el poeta, y es comprensible si no quieres hacer lo que todos hacen, pero ¿qué tiene que ver esa frase poética con que se "adopte" a un congresista para revisarle o exigirle que rinda cuentas de sus gastos? ¿entonces debemos amar a nuestros congresistas y no obligarlos a tener que rendir cuentas si no les da la gana?

La frase es intensa pero conlleva mucha fe, mucha confianza, vulnerabilidad en todos los flancos; sería maravilloso vivir así, sin tener que rendir ni pedir cuentas al ser amado porque se sabe que no se necesita hacerlo. Sin embargo, llevado al contexto de los congresistas, como que se estrella contra la pared. Creo que esta vez no te ligó.